
Tatuajes no permanentes – Progreso histórico
Déjame aclararte el panorama. Sabías que los primeros tatuajes no permanentes pertenecieron a algunas compañías de gomas de mascar?
No se puede determinar con exactitud cuándo fue tatuado el primer tatuaje temporal pero sí sabemos que la revolución y expansión de estos tatuajes comenzó en el siglo XX.
A partir de una buena idea de marketing, algunas marcas reconocidas de gomas de mascar adoptaron el tatuaje temporal como premio en su contenido.

Los Snacks de Cracker Jack, por ejemplo, siguen trayendo tatuajes temporales en cada una de sus cajas.
Pero era de esperarse que los tatuajes del siglo XX fácilmente desaparecieran, con solo frotarlos o mojarlos, eran de muy baja calidad.
A medida de que el tiempo siguió pasando, cada vez más marcas de gomas de marcar siguieron adoptando esta forma de promoción.
Comenzaron a usarse comerciales de deportistas, caricaturas y otras figuras públicas para promover la costumbre y el consumo.
Y qué hay de los paquetes de cartas para jugar de los personajes de televisión más famosos?
Reconocidas marcas como Smurf, Bionic Woman y PeeWee’s playhouse usaban tatuajes no permanentes para los años 1970.
Ya para 1980, los tatuajes evolucionaron a nuevos sistemas de uso de tinta mejorada.
Se desarrolló un tatuaje temporal blindado llamado Micro-Fragrance, modelo del cual se copiaron muchas otras compañías.
Pero mejoraron aún más, lo tatuajes temporales ya comenzaron a verse no solo entre los niños, sino entre la gente madura que notaba que serían una buena opción usarlos en ocasiones, ya que duraban mucho más y eran más realistas.
Hoy en día los tatuajes temporales son vendidos por todas partes. Se han convertido en un entretenimiento sano para niños y accesorios de gran importancia para adultos.

Tienen la diversidad, el colorido, y la variedad para todo tipo de persona o preferencia.
Los tatuajes temporales tienen una emocionante y competitiva historia relacionada con la era industrial, vinieron para quedarse y cada día hay más consumidores.
